RBD bajó el telón. En medio de un racimo de agradecimientos, la agrupación mexicana dijo ayer adiós a su fanáticada venezolana cuando el reloj marcaba las 7:11 p.m. Sin la presencia de Maite -quien no asistió al concierto por encontrarse grabando en México-, Anahí, Dulce María, Alfonso, Christian y Christopher hicieron todo lo posible para llenar la pequeña tarima que se instaló en el Poliedro de Caracas para Empezar Desde Cero Tour -tema que no cantaron en el concierto.
Al son de la música brasileña, los sonidos del tambor hicieron que la agrupación saliera al escenario entonando Fui la niña. Allí el quinteto hizo gala de su acoplamiento al momento de bailar -sin salir, por supuesto, de los cuadros previamente marcados para que ninguno tropezara con el otro.
Pero lo mejor en materia de baile vendría con la canción de reggaetón, compuesta por Looney Tunes, Lento. Fue en esos instantes cuando Anahí -quien vistió de manera recatada, al contrario de como acostumbra- y Dulce María subieron el tono al recital con sus sexys movimientos en una cúpula plagada mayormente de niñas y jovencitas que deliraron a más no poder en un concierto que dejó mucho que desear en comparación con su última presentación hace dos años en el estadio de beisbol de la UCV.
El público tuvo que esperar cinco canciones, además de un popurrí, entre ellas Ser o parecer, Dame, en la que Christopher fue DJ; Tenerte y quererte; Otro día que va; Sólo quédate en silencio, para que la agrupación mexicana les dedicara unas palabras. Por separado, agradecieron que Venezuela haya sido uno de los primeros países en brindarles apoyo.
Christian fue el primero en hablar: "Buenas noches, Caracas", dijo mientras la cúpula se venía abajo por los gritos. "Gracias por amarnos como somos. Por permitirnos ser lo que queremos ser", dijo.
Sin embargo, el tono sentimental lo dieron las palabras y lágrimas de Anahí. "Arriba Venezuela. Una vez más, hoy vuelvo a creer en la magia. Ustedes hacen posible que nuestros sueños se hagan realidad (...) Saben por qué hacemos esto. Es una muestra de amor. Nosotros no le hacemos daño a nadie. Por favor, nunca dejen de ser niños".
La pequeña tarima en forma de T solamente brilló por el juego de luces de tonos azules y lila, que en ciertas ocasiones alumbraba más al público que a la agrupación.
Pero a ellos poco les importó, continuaron cantando temas -algunas veces muy desentonados, gracias al mal sonido, y que no pudieron ser bien apreciados por la prensa gracias a los puesto que reservó Solid Show Producciones para la cobertura- como Inalcanzable, I wanna be the rain, Bésame sin miedo, Este corazón, A tu lado, No digas nada, El mundo detrás, Aún hay algo. Para cerrar la noche, como Venezuela los conoció: vestidos de colegiales y entonando Rebelde.
Fuente: ElUniversal.com
martes, 16 de septiembre de 2008
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